David Vallina
O SONHO DUM MALUCO

El Maluco lisboeta es ese personaje solitario que recorre las calles en busca de cerveza, cigarros, algo de dinero y la conversación con cualquier persona, con predilección hacia las mujeres, para amenizar unos miseros minutos de su eterna pesquisa.

Al final de su jornada, ya sea a la noche, al salir el sol, o en mitad del día, el Maluco se echa a dormir, desfallece, en cualquier incómodo suelo adoquinado do Bairro Alto. Y sueña.

Sueña que resucita como Cristo Maluco, con las marcas de su dolorida vida de insatisfacción, en manos, piés y costado. No piensa olvidar el martirio social, con esa corona de espino que tatua su cabeza.

Es ahora cuando este sueño, su resurrección, lo alza en altar, bien provisto de cerveza, cigarros y bellas mujeres que le requieren, cuando antes solo encontraba rechazo y risas. Ya no hay preocupación alguna, un joven muchacho controla su tiempo, su economía y le abre todas las puertas.

Pero en todo sueño siempre hay un resquicio que conduce a la pesadilla. Asomado, la envidia observa desde la distancia, dispuesto a romper este prematuro alzamiento.




...agora tudo fica pendurado no tempo.
No sonho. No momento entre a realidade e o pesadelo.