David Vallina  
madrid, invierno de 1985

Comencé a interesarme por el mundo audiovisual de forma casi inevitable, ya que tener en casa un padre fotógrafo, volcado en las expresiones creativas, me hizo comenzar a captar el entorno de una forma más perceptiva y abierta a interpretaciones. Podría haber ignorado esto, pero estar atento a todo lo que te rodea, no es ya parte de la profesión, sino una manera de querer estar en el mundo, de pasear por la vida.

Muchas veces he intentado determinarme por la imagen fija o en movimiento. Discusión de la que he desistido por entender a la una como origen y a la otra como una consecuencia inevitable. De ambas disfruto y ambas me llevan a tener experiencias con registros muy diferentes de las que siempre se aprende.Unido al interés por la imagen he tenido la suerte de poder emprender diferentes viajes que me han ayudado a limar un poco esa tendencia etnocentrista que nos acompaña desde nuestros inicios. Además de incorporar en cada uno de mis proyectos posteriores, dosis de lo aprendido en cada momento y lugar.




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